martes, 26 de julio de 2011

Un viejito con barba

Alguna vez escuchaba a unos compañeros del trabajo decir que para que creer en Dios, y para que morir si tocaba estar arrodillados cogiéndole las barbas a un viejito.

Bueno, primero que todo, si uno se detiene en la eterna contención de si Dios existe o no, lo único que se hace es perder tiempo. Hasta los diablos creen en El y le obedecen. Entonces, si uno de simple mortal quiere pelear con argumentos que apoyen o desmientan la existencia de Dios, esta perdiendo el tiempo. Es mejor discutir sobre otra cosa. Nada que hacer, existe y punto, así no lo quiera creer.

Segundo, Jesús como hombre es mas viejo que todos nosotros, pero resucitado, tiene el cuerpo que nadie tiene, un cuerpo incorruptible. Entonces, no me lo imagino barbudo, si se considera la barba como señal de deterioro y no de sabiduría. Y bueno, como Dios, es antes que nosotros y está fuera del tiempo, hablar de un Dios añoso, es algo corrido.

Si pensamos fuera de la contienda de "Dios existe o no", encontramos que la pregunta es otra, no sobre El, sino sobre nosotros: "¿Somos salvos?" Usted dirá, salvo de que. Pues salvos de realmente morir. Y nuevamente me dirá: ¿Qué es la muerte?" Pues la muerte es estar separado de Dios. A través del Hijo volvemos nuevamente a Dios.

Por eso, mas que estar "arrodillado ante un viejito", lo que deseo estar con mi Dios por Siempre, y no separado de El.


"No quiero que me coloquen en un lugar especial. Que solo me permita después de que me lleve, sentarme a los pies del que me salvó, del que me redimió"

Pastor Ignacio Guevara 1914-2011
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