LOS TICUNAS SE REGARON POR EL MUNDO
Nadie lo jodía. Nadie le decía nada. Yuche estaba solo.
El pelao la pasaba de solitario en la selva, lleno de matas, micos y bichos.
No se que fue lo que le dio al man, pero un día se empelotó y se fue de narices contra el agua para bañarse.
Vio su cara en el agua y se dijo: ¡Juemeadre!, como estoy de cucho. Se fue para el rancho achantado. Resulta que le estaba rascando la rodila y era que lo había picado un nuche.
Yuche estaba paila. Sus ojos empiyamados y muy debilucho.
Ya por la mañana, bostezaba como si comiera gente. Su rodilla estaba picha, pútrida. Y es que la pichera se debía a que el nuche le había pinchado con un hombre y una mujer muy chirrimplines.
El hombrecito arreglaba un arco y la nena tenia una vaina para sacar el agua.
Yuche les dijo: Y estos parceros, ¿cómo llegaron hay?
Los dos se lo pasaron por la galleta y comenzaron a estirarse.
Los dos pirobitos, cual conejos en celo engendraron muchas personas. Pues así, la rodilla hedionda, explotó. El cucho pasó al papayo.
Hoy en día estos hijos quieren regresar a sus parcelas donde Yuche vivía, pero no pueden. Yo creo mas bien que fueron esos jediocos conquistadores que los espantaron de sus tierras, quien sabe hasta cuando.
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