“Aséate los glúteos, ya que se encuentran untados de popó”, podría ser la expresión que usaríamos para decir: “límpiese la… del…”. La verdad es que la primera y la segunda frase indican lo mismo, solo que la primera suena más bonita. Eso es el eufemismo, decir las cosas de forma bonita, para que así no nos de pena y hasta podamos decir las verdades crueles sin decir mentiras.
En esto, varios personajes de la política usan a diestra y siniestra el eufemismo para que las gentes no los rechacen. Entonces, no nos dicen que van a matar a los campesinos, sino que van a realizar una limpieza social o étnica. ¿Limpieza?, la de los glúteos.
Y por eso es que le meten platica a la publicidad y a su imagen. Definitivamente, son unos expertos en el arte de dialogar estiércol.
Entonces no te hagas el de los testículos grandes cuando te digan que te van a neutralizar, porque al otro día podrías aparecer en un potrero. Una misma realidad, otra manera de decirlo, un efecto diferente.
Pero bueno el eufemismo no solo lo usan “pa` matar gente”, sino que tiene otros propósitos más nobles. Si vas a la cárcel, entonces ya no será “la cárcel”, sino tu “hogar”. Hogar, donde estoy con mi familia. Y si estás muriendo por una enfermedad, tranquilo, no estás enfermo sino que serás un paciente, o mejor aún, un usuario, un cliente. “Querido cliente, siéntese y espere”.
Y si tus amigos están que “se dan en la jeta”, no muchacho, no uses ese vocabulario; di que “están en plena guerra fría” y que en cualquier momento “pueden comenzar las hostilidades”, y si “se van a dar plomo”, que “inició el conflicto bélico”. Si tus dos amigos mueren, entonces puedes mencionar que “hay dos bajas”. SI ves como la muerte de dos miserables se convierte en algo digno de noticia, como si la intolerancia fuese algo respetable.
Si tu eres quien manda, usa estos términos, y hasta de pronto te reelijan. A tus enemigos hazle la guerra, pero cuídate de cómo lo dices: “estamos enviando ejércitos pacificadores”. Tal vez te ganes un nobel o algo así.
Pero también reflexiona en que si el eufemismo también se usa para disimular las groserías, la política eufemística es la peor de todas. Más bien piensa que es lo que escuchas, cual es el verdadero nombre de las cosas y por supuesto, trata de hablar bien, pero habla lo que es y nada más. Así, no disfrazarás la verdad.
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