Un día entro al salón y me tratan de "marica" por pedirle a alguien que se siente. Mi conciencia me impide responder con otro agravio. Pero si lo pronunciara, sería peor que un asesino para los padres de ese joven. Sería el primero que se cruza en su camino. El es imparable y no necesita barreras. Si no las colocaron sus padres, usted solo tiene derecho a callar. Acepte que es el mas "marica" de todos. Usted es "marica" y punto. Cállese "marica" porque puede convertirse en otro improperio mas agudo.
No pasa nada y usted está solo. Los coordinadores son centinelas. Sus compañeros son dioses educativos, a ellos jamás les pasa eso. Piensa, y recuerda que incluso a otro de los suyos lo amenazaron. Para sus adentros, los otros profesores son sus hermanos vergonzantes, que niegan cualquier vínculo con usted y se creen mejores. Entre el gremio lo que parece valer es hacerse el fuerte. Lo que vale es subir en el pedestal a sus peores alumnos, para evitarse problemas. Si es necesario acabar con la vida educativa de un hermano suyo, hágalo. No llore, solo calle. Guarde la apariencia, y cuando alguno cuente su tragedia, especialmente si es nuevo, hágale entender que usted es superior, que nunca le ha pasado nada. Así usted no tenga manejo de su grupo, vea en el grupo de su compañero un enemigo y demuestre que son el peor de todos. Y calle, no diga nada. Cállese que usted es el mejor.
No se le ocurra ir con sus problemas al señor o señora que firman contratos. Ellos están ahí para firmar, ordenar gastos, y lavarse las manos cuando algún padre viene con alguna situación. Y usted siga callado, no diga nada, deje que escriban en su contra, pero no diga nada. Si fue a la universidad no es para enseñar, sino para cuidarse la espalda. Cállese que el superior está en lo correcto. Si ve gastos truculentos, cállese. Recuerde que por detrás el está con un revolver llamado evaluación.
Deje que las injusticias pasen. Premie a los que tienen padres conflictivos. No se le ocurra poner una mala nota, porque no lo soportarían. Su frustración los llevaría a ver en usted el fracaso que son. Calle, hágase el ciego con esos fracasados, futuros corruptos a todo nivel. Calle, no diga nada. Prefiera vivir.
Cállese porque igual para Colombia si existen delincuentes es su culpa, no de los padres. Si pululan los drogadictos fue porque usted los hizo abandonar la escuela y no porque se encontraban solos y sin guía cuando les ofrecieron el vicio. Todos los males de la sociedad son culpa de la educación, porque aquí el único que educa es usted. Los padres hacen lo que les viene en gana; ellos no educan a sus hijos. Esa responsabilidad absurda es única y exclusivamente suya.
Son solo algunas de las razones por las que enseñar aquí es peligroso. Cuidado le dice algo a su estudiante, porque en el mejor de los casos resulta despedido.
En los peores, asesinado, con familiares amenazados.
La sociedad olvidó que es la familia la encargada de la educación de los hijos, no los maestros. Por el momento, muérdase los labios, porque esa es la paciencia que nos enseñaron, la paciencia que permite que las cosas sigan pasando, la paciencia del estrujado que espera que al´gun día su agresor pare. Lea esto, no piense, solo cállese.
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